En varias ocasiones que he reflexionado sobre los trabajadores autoempleados, desde el punto de vista sindical, me he encontrado en un callejón sin salida subjetivo. El motivo se debe porque la autonomía del sujeto encarnado en el autoempleado es la base estructural de la ideológica liberal, es decir, la persona quien trabaja por su cuenta propia para generarse empleo sin necesidad del Estado. Afirmar la existencia del autoempleado es legitimar la actual visión emprendedora que se manifiesta a través del mandato universal “trabaja para ti mismo”. Sin embargo, hace unas semanas logré encontrar nuevas coordenadas para cuestionar la ética del yo emprendedor, gracias a la lectura de un texto que irónicamente ofrecía las enseñanzas del emprendedurismo.
El presente ensayo tiene como objetivo desmantelar discursivamente la categoría “emprendedor” que tiene entre sus funciones ideológicas oscurecer la importancia del lazo social y, a la misma vez, fortalecer sustancialmente la ética del yo emprendedor. Es decir, el sujeto del mundo contemporáneo que sólo puede ser leal consigo mismo en el proceso de globalización. El objeto de la crítica cultural es el libro titulado La Historia de María (2009), cuyo autor es el emprendedor Nano Guerra García. Realizaré un testimonio etnográfico sobre mi participación en el evento titulado “Autoempleo e informalidad en Lima Metropolitana: agenda municipal para el diálogo social”, en donde expuse los fundamentos analíticos para afirmar categóricamente que el autoemplado no existe.
Autoempleo e informalidad en Lima Metropolitana
El pasado 25 de Noviembre en el salón empresarial del Hotel Sol de Oro ubicado en el Distrito de Miraflores se realizó un evento para que la sociedad civil organizada conociera los lineamientos políticos del Partido Político Fuerza Social para trabajar con el sector de trabajadores autoempleados en Lima Metropolitana. El expositor principal fue Nano Guerra García quien marcó el acento del discurso emprendedor como parte de la nueva filosofía de gubernamental de la municipalidad limeña. Por este motivo, él enunció que se trabajaría de forma transversal las categorías informal, autoempleo y emprendedor.
Luego continuaron los comentarios de Sylvia Cáceres Pizarro (Profesora de la PUCP) y Guillermo Nolasco Ayasta (Ex Regidor de Lima Metropolitana -Asesor ONG Alternativa). Ambos resaltaron la importancia del trabajador autoempleado como un actor clave para los espacios de diálogo social. Mientras Sylvia abordaba el tema desde un punto de vista técnico, Guillermo lo analizaba desde el ángulo político.
Finalmente llegó mi turno en donde hablé sobre la importancia del diálogo social en donde es necesario el debate y la polémica. Por esta razón, manifesté explícitamente mi discrepancia con Nano, incluyendo a los panelistas y la Central Unitaria de Trabajadores del Perú CUT – PERÚ (que es mi centro laboral que tiene afiliados en el sector autoempleo). La razón de mi profunda discrepancia se basa en que todos comparten de un supuesto: el trabajador autoempleado existe.
El título de mis comentarios fue “El Trabajador Autoempleado no existe”, pero no con la intensión de cuestionar la existencia física de millones de trabajadores en el Perú. Sino para criticar la construcción cultural de la ética del yo emprendedor, es decir, el sujeto sin lazo social quien trabaja lealmente para sí mismo. A través de la relectura de La Historia de María ubicaría las coordenadas narrativas que tratan de oscurecer la importancia del lazo social entre los personajes del texto, incluyendo a su autor.
Como si fuera una feria del libro empecé hacer un resumen del texto cuya protagonista, María, es una mujer mestiza quien trabajó como empleada en una tienda del complejo comercial popular de Gamarra. Cuando ella fue despedida de su trabajo se matriculó en las clases del Centro de Entrenamiento Empresarial de Nano. La narrativa del texto describe a María como una buena alumna quien aprende y aplica las enseñanzas del maestro. Lo singular del texto es que incluye el diario personal de la protagonista quien escribe todas las enseñanzas emprendedoras y las constata con la realidad. El libro muestra el cambio de paradigma laboral de María, quien de empleada pasa a ser una emprendedora de éxito. Un titulo alternativo del libro hubiese sido “La historia de una emprendedora” porque se encuentran un conjunto de axiomas que estructuran las coordenadas del discurso emprendedor.
La verdadera lealtad es contigo mismo
En el epilogo del texto se encuentra un contundente axioma: “La verdadera lealtad es contigo mismo”. Esta fue la principal enseñanza que aprendió María para ser una mujer de éxito en el mundo emprendedor. Nano señala que el futuro lo hacemos con nuestro propio esfuerzo porque en una época de grandes cambios, ni el Estado, ni las grandes empresas, ni las organizaciones sociales no pueden asegurar el futuro. El único camino que se encuentra es la ética del yo emprendedor, vale decir, un sujeto que es leal a si mismo, como señala el autor:
“al margen de si tiene o no empleo por ahora, no nos cansaremos de repetir que no trabaje usted para otro, sino que trabaje para usted mismo….como María” (2009:140).
La Historia de María construye la identidad del emprendedor/a. Desde la perspectiva antropológica la identidad se construye como negación del Otro. Si somos peruanos es por negación de los chilenos, sí somos de la etnia Shipiba es por negación a la etnia Cacataibo, si somos masculinos es por negación a lo femenino y sí somos proletariados es por negación a los burgueses. Es necesario mencionar que la identidad no es ajena a las relaciones de poder porque en el mismo momento que construye la alteridad se elabora una jerarquía social. En la misma lógica, la identidad exitosa del emprendedor se construye como negación y menosprecio a la identidad del empleado.
Las características del empleado se basa en ser un sujeto que trabaja para otro (Estado o empresa); es quien tiene miedo al cambio porque prefiere la tranquilidad de un salario fijo; no le gusta arriesgar; se encuentra inmerso en la cultura del lamento y la constante queja; y finalmente no le gusta generar riqueza y bienestar. Es conformista con un bajo sueldo. No emprende nada nuevo.
En cambio la identidad que niega al empleado es el empleable que viene a ser un avance con respecto al empleado. El sujeto empleable se preocupa por si mismo, es decir, estudia maestrías, se mantenerse en forma en un mundo competitivo y hace marketing social. Si bien éste trabajador puede obtener buenos puestos laborales en las más importantes empresas, pero tiene como factor limite la ausencia de una empresa propia.
La limitación lo rompe el discurso emprendedor como aquel sujeto que tiene una actitud de no esperar de otros, trabaja para si mismo, crea su propio futuro, crea su propia riqueza y mejorar la sociedad dando al cliente un buen servicio. La empresa es la forma de liberarse, progresar y trascender creando bienestar, igualdad y riqueza para uno mismo, pero sobre todo para los otros. La riqueza no la genera el Estado sino los emprendedores de todos los tamaños. La gente que trabajan por su cuenta son los motores de la sociedad, es decir, los emprendedores
Si bien existe la superioridad de la identidad del emprededor, agregué en mis comentarios el surgimiento de una nuevo modelo identitario que es superior en el proceso de globalización. Me referí a la identidad TIGRE que son las siglas del Trabajador Independiente Gran Red de Emprendedores que es utilizado como parte de una campaña publicitaria a nivel nacional de la empresa NEXTEL para promocionar sus nuevos productos en comunicaciones para los negocios. Pero la metáfora del TIGRE muestra la deshumanización de los trabajadores emergentes quienes son felinos que ingresan a la competencia del libre mercado. Una especie de darwinismo global en donde todos los tigres tienen la necesidad de adaptarse a redes emprendedoras para no ser devorados otros tigres. La cultura contemporánea muestra como legítima la ética del yo emprendedor quien señala que la verdadera lealtad es contigo mismo.
Tu jefe no es tu jefe: es el Otro
La ética del yo emprendedor, alguien quien trabaja para sí mismo, tiene sus limitaciones en misma La Historia de María. El axioma que será objeto de análisis es “tu jefe no es tu jefe”. Esta fue una de las principales enseñanzas que aprendió María, quien pensaba ingenuamente que su jefe era el dueño de la empresa. Según Nano el verdadero jefe de la empresa es el cliente: él es el amo de la empresa. La meta de la empresa no es ganar dinero, sino producir clientes, porque el día que ellos no existan la empresa fracasa y cierra. Entonces el empleado, emprendedor y autoempleado siempre trabajan para el cliente.
Si bien tu jefe no es tu jefe, siempre hay otro que sí lo es. Lo que quiero rescatar del axioma en cuestión es la estructura social: el Yo quien trabaja para el Otro. El Yo quien satisface las necesidades del Otro. El Yo quien brinda los mejores servicios para el Otro. El Yo quien ofrece un buen trato al Otro. Esta estructura es posible gracias al lazo social entre el Yo y el Otro.
Pero el lazo social es oscurecido por la ética del yo emprendedor, quien no necesita del Otro para ser exitoso. Sólo se necesita ser emprendedor para afrontar los cambios de la globalización: uno contra el mundo. Apoyándome en la propuesta analítica de Slavo Zizek puedo señalar que la ética del yo emprendedor tiene limitaciones ante la “objetividad de la creencia”. Parafraseando a Zizek surge la siguiente fórmula: piense lo que se piense el emprendedor –quien tiene la creencia que trabaja para sí mismo- objetivamente en la realidad éste se engaña porque siempre trabaja para el Otro-cliente. La propuesta emprendedora de Nano del sujeto quien no trabaja para otro queda refutada. Si un emprendedor trabaja para si mismo, entonces se olvida del Otro-cliente, lo cual asegura su futura bancarrota. Bajo la lógica afirmo que el trabajador autoempleado no existe. No es factible su existencia sin lazo social.
En La Historia de María no se visualiza la importancia del lazo social. La protagonista de la historia jamás trabajó para ella misma, sino por el contrario siempre trabajó para Otros. El lazo social de María se construye narrativamente cuando ella trabajó para cuidar a su pequeño hijo de dos años y apoyar económicamente a su madre quien era lavandera. El lazo social se muestra cuando ella trabajó para su jefe, el señor XX, y sus clientes en una tienda de Gamarra. Luego ella establece lazo social con Nano en el Centro de Emprendiendo Empresarial. Finalmente María trabajó junto con su esposo, el ex policía emprendedor, para formar un negocio familiar denominado “Isabel”.
Como se puede observar María no trabajó para sí misma, ni tuvo lealtad para sí misma. El texto representa la historia del lazo social entre Nano y María quienes mutuamente aprendieron de sus enseñanzas y experiencias. Ambos fueron leales con el otro. Sin lazo social con Nano, María jamás hubiese logrado tener conocimientos para tener éxito en los negocios; sin lazo social con María, Nano jamás hubiese escrito el libro con su propuesta emprendedora. Si bien la historia es de María es Nano quien aparece en la portada del libro: gracias al lazo social de ambos fue posible la existencia de la Historia de María.
Más allá de la hegemonía del cliente
Por mi parte suscribo la tesis de Nano que se debe tratar bien al cliente. En muchas ocasiones he sido maltratado como cliente, lo cual me ha mortificado. El problema de la propuesta emprendedora de Nano es que sólo se debe atender bien al cliente ¿y los que no son clientes? Actualmente, la cultura contemporánea en pleno proceso de globalización existe otro mandato hegemónico que se basa en el enunciado “el cliente siempre tiene la razón”. El problema no se basa en la razón del cliente, sino que es el único sujeto que lo tiene. Una especie de monopolio de la razón en la figura del amo-cliente de la globalización.
Últimamente en el Perú existe una campaña publicitaria del Estado con el lema “Cuando tratas bien al turista, tratas bien al Perú” para sensibilizar a la población sobre los beneficios del turismo en el desarrollo social y económico del país. Se debe tratar bien al cliente porque tiene la razón y el capital para invertir en la industria turística. La campaña tuvo efectos de verdad porque el MINCETUR (Ministerio de Comercio Exterior y Turismo) condecoró a un humilde taxista debido a su comportamiento ejemplar porque éste devolvió dinero (€ 4.350) a un turista italiano quien se había olvidado su billetera en el auto.
Me pregunto ¿Por qué el Estado peruano no hace campañas de sensibilización tratar bien a los ciudadanos peruanos, a los vecinos, a las mujeres, a todas las sangres y etnias que conforman la diversidad cultural del país? ¿Por qué sólo tratar bien al cliente? Es necesario ir más allá de la hegemonía del cliente porque existe constante maltrato entre peruanos. En la nada sana lista tenemos al racismo, la discriminación, la exclusión, el feminicidio, la homofonía, el machismo, entre otros.
En el caso de los trabajadores autoempleados quienes son constantemente maltratados físicamente y psicológicamente por el personal de serenazgo. Ellos desalojan a los autoempleados y le decomisan sus mercaderías. Son maltratados por trabajar en las calles como forma de sobrevivencia. Pero los miembros del serenazgo saben tratar bien a los turistas que se pasean por el Centro Histórico de Lima. En el Perú se trata bien a los clientes.
Es justo y necesario repensar en una sociedad democrática plural en donde se debe fortalecer el lazo social. Democratizar el lazo social más allá de la hegemonía del cliente. Plantear políticas públicas que generen una cultura de la confianza y extender el buen trato a los subalternos de la sociedad peruana. Tener en cuenta que es imposible el futuro en una sociedad donde todos trabajen para sí mismos. Siempre se va ha trabajar Otro. El punto que se debe tener en cuenta son las condiciones económicas, sociales, políticas y culturales en donde se establece el lazo social entre el Yo y el Otro. Se debe fortalecer el lazo social con buen trato entre ciudadanos en calidad de empleados, emprendedores y autoempleados.