martes, 25 de julio de 2017

El Club de la Pelea del Frente Amplio



Raúl Rosales León (Waro)

Ahora resulta que el campo del séptimo arte puede seguir brindando algunas coordenadas para analizar la crisis institucional del Frente Amplio (FA) como un frente político. Una crisis que es transversal en la bancada congresal, las dirigencias y las bases en donde existen coincidencias programáticas y, a la vez, hondos desencuentros que tuvieron como proyecto sin resultado la ruptura del frente político FA. Surgió una rivalidad interna sin reglas claras de juego entre el Frente Amplio Partido (ex Tierra y Libertad) liderado por Marco Arana y el Movimiento Nuevo Perú liderado por Verónica Mendoza en el marco del Frente Amplio como frente político que intentó o sigue intentando ser una alternativa de poder. En ese sentido, la película seleccionada para analizar esta situación de fragmentación interna del FA es El Club de la Pelea porque representa la historia de un conflicto de dos actores antagónicos que en el fondo fueron lo mismo.

El Club de la Pelea fue estrenado en el año 1999 bajo la dirección de David Fincher (film basado en la novela escrita por Chuck Palahniuk) y protagonizado por Edward Norton y Brad Pitt. En la película ambos actores se conocen en un viaje en avión, luego se construye una relación amical para formar un club de la pelea de manera informal practicando un boxeo sin guantes en las calles y los sótanos de los bares.  Poco a poco el club comienza a atraer a varios socios quienes esperan la madrugada para pelear. Surge una relación tensa y conflictiva entre el personaje trabajado por Edward Norton (que en el film no tiene un nombre) que rompe con su vida rutinaria de oficinista y Tyler Durden personificado por Brad Pitt que tiene clara la filosofía de liberación antisistema. El proyecto común de ambos personajes fue la destrucción de la cultura consumista del sistema capitalista a través de la conformación de una organización integrada por los socios del club de la pelea a nivel nacional. A lo largo de la película los dos personajes dialogan, discuten, pelean y tienen relaciones sexuales con la misma mujer: la enigmática y oscura Marla Singer personificada por Helena Bonham Carter.

El punto central del Club de la Pelea fue descubrir que los dos protagonistas eran la misma persona. En palabras de Slavoj Zizek: “Hacia el final de la película aprendemos que el narrador desconoce que ha estado llevando una doble vida hasta que la evidencia se hace tan aplastante que ya no puede negar el hecho: Tyler no tiene existencia fuera de su mente. Cuando otros personajes interactúan con él, lo están haciendo en realidad con el narrador, que ha incorporado a la persona de Tyler”. La película representó el síntoma de la doble personalidad en los tiempos del capitalismo cultural.

Este caso de personalidad múltiple se reproduce en el Frente Amplio a partir de su Segundo Congreso Nacional en el año 2016 cuando se aprobó el promover la institucionalización integral del Frente Amplio para que todos los miembros tengan los mismos derechos. Luego del congreso se consolidó un hondo desencuentro entre el FA Partido (TyL) y una nueva organización política denominada Movimiento Nuevo Perú (MNP) conformado por ex militantes del Frente Amplio Partido (TyL) y organizaciones políticas del Frente Amplio (frente político). Lo común de las dos organizaciones políticas en conflicto fue que comparten la misma plataforma programática del FA frente. Ambos visualizan constituir una fuerza y alternativa política de izquierdas de gobierno y poder popular contribuyendo al quiebre el régimen político, el modelo económico y el consenso neoliberal convirtiéndonos en factor de transformación y refundación del país. Las dos organizaciones políticas apuestan por la democracia radical.  


Pero el performance realizado por los protagonistas de la crisis del Frente Amplio se asemeja al lado oscuro del Club de la Pelea cuando Edward Norton empieza a luchar contra sí mismo en presencia de su jefe: una escena de autodestrucción. Luego de las últimas elecciones el Frente Amplio llegó a ser la segunda fuerza política del Congreso a la República con 20 congresistas liderando cuatro comisiones, pero luego de la lucha contra sí mismo se produjo una ruptura y ahora tienen 10 congresistas por grupo político y menos peso político porque solo pueden liderar dos comisiones. En términos futbolísticos se podría decir que el Frente Amplio se hizo un autogol de media cancha, incluyendo las agresiones mutuas dentro de la bancada. Según Rocío Silva Santistebanambos grupos han construido a los otros como sus referencias especulares para desautorizarlos: unos por endogámicos, otros por querer ser demasiado exogámicos; unos por infraternos (léase traidores), otros por caudillistas; unos por verolovers, otros por aranistas”. El Club de la Pelea del Frente Amplio fue una lucha contra sí mismo.

El Club de la Pelea del Frente Amplio debilitó políticamente a las fuerzas de izquierda que apostaron por ser alternativa de gobierno a través de la estrategia del frente político. Esto se cotejó el pasado 17 de julio cuando la empresa IPSOS mostró los resultados de una encuesta con la siguiente pregunta: ¿Quién cree que es el responsable de la ruptura?. Los resultados fueron los siguientes: 26% identifica al sector liderado por Marco Arana, luego con 23% continúa el sector liderado por Verónica Mendoza y finalmente el 45% identificó a ambos sectores como los responsables y, además,que la izquierda siempre se divide. Esta representación del mito de la eterna división de la izquierda será utilizada por los opositores políticos de derecha en las siguientes elecciones a nivel nacional, regional y local.    

Frente a los sentidos comunes que visualiza una izquierda que siempre se divide, es necesario el ejercicio de la unidad en la diversidad porque es fundamental cambiar las prácticas para legitimar una propuesta política de izquierda en el marco de la democracia radical. Pero sin reglas claras de juego y una débil radicalización de la institucionalidad seremos testigos de otra ruptura. Una nueva Otredad de izquierda que entra al Club de la Pelea.   

viernes, 6 de enero de 2017

El caviar es el Otro




Por: Raúl Rosales León (Waro)

El día de ayer se inauguró la exposición individual del artista plástico Marcos Palacios titulada “Santos” en el Centro Cultural Ricardo Palma en el distrito de Miraflores.  Según Paola Tejada, curadora de la exposición, Santos es una reflexión sobre lo que somos y lo que podemos llegar a ser. Por ese motivo, el artista representa seres antropomorfos, híbridos e ininteligibles en una serie de siete lienzos en oleos sobre tela.  En la muestra existe tres lienzos que se titula Otros que constituyen la fabricación de la otredad sin límites incapaz de dialogo sobre un nosotros diverso .

Un indicador de incapacidad del nosotros diverso fue comprobado por el congresista Jorge Castro del Frente Amplio (FA) quien estructuró una Otredad dentro del FA.  Esta otredad de izquierda es el grupo caviar. Según el congresista: “Aquí hay dos visiones diferentes del país, que ustedes lo conocen aquí como el grupo caviar. Hay una visión que tienen los de acá, el centralismo limeño contra las otras provincias”. Esta construcción de la otredad caviar es factible por la estructuración dicotómica de la realidad política enunciado por el congresista en donde solo existen caviares y provincianos en el Frente Amplio.  Los provincianos puros representados por Tierra y Libertad y la Otredad caviar representado por el sector que respalda a  Verónica Mendoza que impulsa la inscripción electoral del partido Nuevo Perú.    

Luego el congresista Jorge Castro haciendo uso del significante caviar realiza una explicación de un nuevo fenómeno sociocultural: el proceso de caviarización en el Perú.  Según el congresista: “es el hecho que muchos provincianos que llegan a Lima se sienten más limeños, se caviarizan. En todo caso para la percepción al interior del país, no está en la línea que nosotros aspiramos como provincianos”. Bajo esta lógica, no solo hay que ser provinciano, sino parecerlo porque de lo contrario se caviariza. Esta construcción dicotómica de caviar vs provinciano homogeniza y desvalora la fortaleza estratégica del Frente Amplio compuesta por la ciudadanía y organizaciones políticas, sociales, gremiales y culturales. Esta fortaleza estratégica del Frente Amplio permitió que Jorge Castro obtuviera la confianza del electorado para ser congresista, pero él está jugando un partido aparte con otras reglas de juego ajeno a los principios y  programa del FA.    

Jorge Castro finaliza señalando lo siguiente: “Nosotros hemos tratado de que el Frente Amplio no solo esté compuesto por Tierra y Libertad. Hemos tratado de aperturar, y le damos la bienvenida a Verónica Mendoza para fortalecerlo, pero ella no puede utilizar el logo del Frente Amplio”.  Aparte que representa a Verónica Mendoza como una provinciana que se caviariza, también le prohíbe que use el logo del FA. Esta construcción vertical de la otredad caviar me hace recordar un texto de Víctor Vich titulado El caníbal es el Otro en donde afirma: “la discriminación continúa siendo un  problema central del país pero ésta no debe ser entendido como una cuestión puramente conductual (referido simplemente a la acción de individuos) sino, sobre todo como un modelo autoritario de modernidad que afirma que sólo algunos poseen la verdad y el conocimiento, los “otros” deben ser tutelados o aniquilados material y simbólicamente” (2002:77).  En ese sentido, la estructuración del “grupo caviar” dentro del Frente Amplio enunciado por el congresista Jorge Castro (poseedor de la verdad, el conocimiento y el logo del FA) tiene esa dimensión autoritaria de aniquilación simbólica y política.     

Por otra parte, resulta irónico que el significante caviar que fue construido por las fuerzas políticas conservadoras y de derecha se reproduzca y legitime dentro de las fuerzas políticas progresista y de izquierda (Frente Amplio). Según Alberto Adrianzén en el Perú el significante izquierda caviar: “fue usado por los fujimoristas, los montesinistas, los apristas, los ultraizquierdistas, los neoliberales, la derecha, los senderistas, los católicos del Opus Dei, etc.”  Y ahora es usada por el congresista Jorge Castro del Frente Amplio porque a falta de argumentos sólidos, solo le queda usar el significante caviar para descalificar a frenteamplistas que tienen  legitimas discrepancias con Tierra y Libertad.   

Suscribo el análisis de Alberto Vergara sobre el significante caviar que es un síntoma de algo más grande; según el autor: “Es síntoma de un país donde cualquier discusión programática ha quedado en el olvido, donde no hay partidos y prima una fragmentación sin límites, y donde padecemos a una clase política desprovista de toda idea. En ese desierto intelectual y político triunfan la chapa y el apanado” (2013:54).  En ese sentido, la construcción de la otredad caviar de izquierda entre izquierdistas es un síntoma de la crisis de institucionalidad que atraviesa el Frente Amplio.  

Por ese motivo es urgente la radicalización de la institucionalidad en el Frente Amplio porque de lo contrario se abre las condiciones para la fabricación de más otredades políticas de izquierda.  Sin reglas institucionales claras de juego y la radical ausencia voluntad política de los/as frenteamplistas para seguirlas, no se tendrá una segunda oportunidad en la tierra para hacer “juntos un país diferente”.  

Bibliografía

VERGARA, Alberto (2013) Ciudadanos sin República.  ¿Cómo sobrevivir en la jungla política peruana? Lima: Planeta.

VICH, Víctor (2002)  El caníbal es el Otro. Violencia y cultura en el Perú contemporáneo. Lima: Instituto de Estudios Peruanos.