miércoles, 23 de mayo de 2012

El Amor en los Tiempos del VRAE


En los últimos meses, luego de una serie de muertes, renuncia de ministros y surgimiento de héroes nacionales, se han producido una serie de discursos sobre el VRAE buscando posibles soluciones. El consenso mediático se basa en la necesidad de establecer la unión entre los peruanos y, sobre todo, la clase política para luchar contra el narcoterrorismo. En este sentido el gobierno de Ollanta Humala debe mejorar las estrategias antisubversivas y reforzar el ejército y la policía nacional. Pero esta representación de guerra contra el enemigo radical no toma en cuenta el fondo del problema: el amor en los tiempos del goce.

La pasada semana en la Universidad Antonio Ruiz de Montoya se desarrolló un evento titulado El Amor en los Tiempos del Goce. Las expositoras fueron las psicoanalistas María Hortencia y Marita Hamann quienes desde la perspectiva lacaniana analizaron el papel del amor y el goce en el mundo contemporáneo. La primera expositora, María Hortencia, señaló que la actual época se desplaza el amor entre los sujetos por la exigencia del goce por el consumo de los objetos. La ideología del mercado elabora propagandas comerciales como el de Nike cuyo lema de marketing es “nothing is imposible” que muestra que no existen barreras para el consumo global. El goce sin límites.

La segunda expositora, Marita Hamann, complementó la explicación señalando que el amor es el vínculo o nexo con el Otro. El lazo social con el Otro posibilita la relación amorosa. Pero actualmente el mercado global es inhóspito para el amor porque se prefiere la relación con los objetos: el fetiche de la mercancía (Marx). La ideología capitalista establece la creencia que el individualismo no necesita del Otro porque todo es posible por sí mismo. El sujeto narcisista puede llegar a la felicidad sin establecer el lazo social. Según Hamann unos de los ejemplos que describe el goce contemporáneo son las drogas que viene a ser el amante mudo por excelencia. La drogodependencia no tiene límites y activa el mandato neoliberal “goza todo lo que puedas”. Nada es imposible sin el Otro.

Desde una perspectiva sociopolítica retomo una afirmación de Marita Hamann: todas las historias oficiales (Estado Nación) son fallidas porque algo se escapa. Aquello que no puede ser reprimido por el orden simbólico representado por la historia hegemónica regresa como síntoma social. Los subalternos (pobres, excluidos y discriminados) retornan en la realidad produciendo conflictos sociales. Así sucedió con el Perú Avanza cuando la ideología mostraba los resultados exitosos del modelo de desarrollo primario exportador hasta que llegó el Baguazo. El síntoma social que cuestionó dicho modelo. Luego en el gobierno de Ollanta Humala se mantuvo el discurso ideológico que justificaba el sistema neoliberal con inclusión social hasta que surgió el Congazo.

Actualmente el síntoma social que perturba el orden simbólico del discurso oficial es el VRAE. Surge un sentido común que establece la creencia que la guerra en el VRAE es producto de los rezagos de ideologías trasnochadas “comunistas” que se articula con las garras del narcotráfico. Un fenómeno llamado narcoterrorismo. Pero lo que no dice esta creencia oficial es que el VRAE es producto de la hegemonía del pensamiento neoliberal en el mundo. Un pensamiento que desplaza el lazo social por el narcisismo, el individualismo, por el deseo hacia la mercancía. Los objetos desplazan a los sujetos.

La droga es la actual mercancía que produce una gran demanda global. Por tal razón el VRAE proporciona una oferta que hace realidad el goce sin límites. Millones de dólares llegan a cambio de droga, para alcanzar la satisfacción individual. El reino del consumo por el consumo. Irónicamente los senderistas del VRAE son los guardianes más fieros de la ideología neoliberal y sus mandatos hegemónicos. Gracias a ellos la maquinaria capitalista sigue produciendo y reproduciendo riqueza para acceder a la mercancía profana a través de sus dólares.

Resulta curioso que vuelva a surgir el “amor a la patria” para tratar de resolver el problema del VRAE. Pero éste es un amor sostenido por el fantasma ideológico que quiere estructurar una nueva historia oficial. La unión entre los peruanos sin mirar las jerarquías porque no desea construir lazo con el Otro pensando en comunidad, sino reproducir relaciones verticales. Este tipo de amor (militarizado) en los tiempos del VRAE solo quiere tapar los profundos síntomas sociales que son históricos y estructurales siendo mantenidos por el modelo neoliberal.