domingo, 18 de marzo de 2012

Ideología sin partido

Desde la década de los 90tas se ha legitimado un sentido común en el imaginario social: la dicotomía entre partidos tradicionales e independientes. Los primeros con ideología (izquierda - derecha), los segundos con pragmatismo. Ambos tipos de partidos no pudieron cumplir la promesa peruana (Jorge Basadre), sino que existió la reproducción de la pobreza y la marginación. En la crisis de los partidos políticos surgen una serie debates y polémicas sobre las diversas formas de comprender y superar éste problema que no permitió la construcción de una sociedad democrática con una legítima representación política.

Una corriente de opinión que señala la necesidad de ideología en los partidos políticos porque de lo contrario la ausencia de ideología, principios, mística y convicción, sólo permite a los partidos ser funcionales en procesos electorales. Una vez en el gobierno los independientes sólo importan los fines valiéndose de cualquier medio, afectando a la ciudadanía. En cambio la otra corriente de opinión sataniza la ideología de los partidos políticos, representándolo como un obstáculo, una elegante forma de perder el tiempo, mientras los problemas sociales siguen vigentes. Bajo esta lógica sólo el pragmatismo salvará al Perú, las obras hablan por sí solas.       
Si antes la disputa política era “izquierda vs derecha”, ahora ésta ha sido desplazada por “ideología vs pragmatismo”. Una especie de desideologización de lo político. Pero más allá de la segunda dicotomía, es necesario indicar que existe un factor que no ha sido tomado en cuenta para analizar la crisis de los partidos políticos. Esta es la “ideología sin partidos”. La construcción de la visión de país, de la sociedad y los individuos no dependen de los partidos políticos, sino de las industrias culturales: cine, televisión, periódicos, redes sociales, entre otros. La hegemonía de la ideología neoliberal no se encuentra capturada por un partido de la derecha, éste es trascendido por el proceso económico y cultural de la globalización. Slavo Zizek denominaría éste fenómeno como “capitalismo cultural”.
La ideología sin partidos es uno de los factores que posibilitó el escenario para el surgimiento de los partidos independientes y, a la vez, el descrédito a los partidos tradicionales (izquierda – derecha). Por lo tanto, es un factor que debe ser tomado en cuenta en el diagnóstico sobre la crisis de los partidos políticos. Si bien existen problemas puntuales e internos que los partidos políticos deben criticar como por ejemplo el texto Auge y la Crisis de la Izquierda Peruana, editado por Alberto Adriazén, es necesario observar el bosque, es decir, las coordenadas ideológicas que despolitizó lo político en el Perú contemporáneo.  
La mayoría de la gente no cree en la militancia política, los partidos políticos y las ideologías. Sólo quieren que los políticos le solucionen sus problemas concretos, más obra y menos palabras. Cuando el fujimontecinismo tenía el control del gobierno, las fuerzas armadas y los medios de comunicación surgió el significante “roba pero hace” que se había naturalizado en el imaginario social por la ausencia de una ciudadanía participativa y vigilante.  Según Carlos Iván Degregori existió una década de la antipolítica que consistió en la denigración de la actividad política, la exaltación de los técnicos, de la eficacia y del pragmatismo. Más caudillismo y menos institucionalidad.
 Lo antipolítico ha pasado las dos décadas en el Perú por medio de la ideología sin partidos que se manifiesta por diversos medios, actores sociales y espacios, irónicamente incluye el espacio político. En la última presentación de PPK (Pedro Pablo Kucynski) con sus PPKausas en el parque Kennedy en Miraflores, el candidato presidencial señaló a sus jóvenes seguidores que ellos deben formar un movimiento, pero no un partido porque éstos “apestan”. No al partido político, pero sí la ideología hegemónica que defiende PPK: un militante sin partido.
Finalmente, la desideologización de la política es un producto ideológico, entonces es necesario seguir, creativamente, en la batalla ideológica para la construcción de una República de Ciudadanos/as.

Publicado en REPÚBLICA DE CIUDADANOS: