La ideología no estaba muerta, estaba en la Pampilla

 

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Con respecto al tema de la compra del Estado de la refinería la Pampilla de Repsol, el Presidente Humala señaló: “El gobierno seviene desenvolviendo y tomando decisiones por encima de las ideologías, el gobierno toma decisiones sobre certezas, estudios sobre decisiones que van a redundar sobre el interés nacional”. Parece que Humala no sabe que su afirmación es radicalmente ideológica.
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Según Zizek la ideología en el mundo contemporáneo se basa en creer que vivimos en una sociedad  post-ideológica.  En este contexto la técnica tiene un papel fundamental para hacer creer que las ideologías distorsionan la realidad.  Más técnica, más certeza.  Esto es posible porque el efecto de verdad de la ideología cínica, es decir, la creencia que los sujetos sociales y políticos no se deja engañar por las ideas. El engaño no es factible porque el sujeto tiene conocimiento ilustrado sobre lo ideológico.

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Pero lo que no saben es que el engaño ideológico no se encuentra en el “saber”, sino en el hacer.  Parafraseando el viejo dicho: “el pez muere por la práctica”. Lo mismo sucede con el Presidente Humala cuando señala que la decisión del gobierno está encima de las ideologías. Si bien Humala no se deja engañar por la máscara ideológica, él mantiene la máscara por la práctica social: la ideología cínica hizo de la suya.
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Humala puede decir que su decisión política no es ideológica, pero en la práctica su gobierno mantiene el modelo económico neoliberal en el Perú.   El viraje de la Gran Transformación hacia la Hoja de Ruta es un cambio técnico e ideológico. La ideología no había muerto, estaba en la Pampilla.   Por este motivo, Zizek señala que la forma más notable de mentir con la ropa de la verdad es el cinismo: ellos saben muy bien lo que están haciendo, pero lo hacen como sino lo supieran.