La pasada semana fui testigo de un singular evento en la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Un conjunto de jóvenes mostraban sus
investigaciones sobre temas laborales y, sobre todo, la situación de los
trabajadores en condiciones de precariedad. Los jóvenes investigadores
trascendieron los aspectos normativos y estadísticos en materia laboral. Ellos
hicieron trabajo de campo para conocer la realidad laboral de los ambulantes,
cachineros, taxistas, estibadores, entre otros. Si bien la tendencia era de
crítica al sistema, la ideología hegemónica y las relaciones de poder, la
intervención de un emprendedor, Guillermo Quintana, me hizo reflexionar sobre
las soluciones, algo ausente en la izquierda peruana frente a los problemas
sociales y laborales.
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Las Microsoluciones a la Pobreza el título del primer
libro de Guillermo Quintana quien continúa las enseñanzas emprendedoras de Nano
Guerra García. Si bien Nano ofrece enseñanzas motivadoras y entusiastas sobre
los emprendedores en el Perú, Quintana pisa tierra porque brinda herramientas
de gestión de empresas. Las pequeñas soluciones para los microempresarios a
través de los microcréditos y la microfranquicias que van a poder ordenar sus
negocios. Algo que ha sido beneficioso para los microempresarios que manejan
sus negocios con una mirada empresarial que sumado al espíritu emprendedor
logran combatir la pobreza como son los casos de las asociaciones de taxi,
microempresas textiles, agrícolas, de yogurt, peluquerías y comida rápida.
Estos son ejemplos concretos sobre la realidad del sueño propio emprendedor.
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Cuando terminó de exponer, no tenía crítica frente a su
propuesta. Quintana no fue a debatir sino a convencer con hechos gerenciales
que daban resultados al mundo de los microempresarios. Más bien resultó
interesante su propuesta gerencial de negocios para construir una propuesta de
programa político y replicarlo en otros lugares del país. Pero el título de su
libro, La pequeñas soluciones, me ayudo a ampliar el horizonte analítico de mi
deconstrucción crítica al discurso emprendedor. A continuación relataré el
comentario al paso que hice a su exposición con algunos agregados para
redondear la reflexión.
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Resulta interesante observar el título del libro Las
pequeñas soluciones, el cual celebro por brindar un conjunto de herramientas
gerenciales a los microempresarios a través de microcréditos y
microfranquicias. Pero la pregunta es ¿Qué sucede con las Grandes Soluciones?
La respuesta la tiene Nano Guerra García en su libro titulado ¿Dónde está la
Riqueza? La revolución de los emprendedores peruanos. Éste texto a diferencia
de Los Secretos del Carajo y la Historia de María, tiene una explícita visión
política de país que se plasma en el Manifiesto del Emprendedor. Este
manifiesto construye la visión del mundo, del ser humano y el Perú emprendedor.
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Si en el Manifiesto Comunista existe un fantasma que
recorre Europa, en el manifiesto emprendedor existe una fuerza de triunfo de la
aldea global. Los emprendedores peruanos que pueden ser los triunfadores del mundo
necesitan de un Estado que asuma y promueva sus características y que brinde
las condiciones y oportunidades de construir su propio desarrollo en salud,
seguridad, justicia y educación. Un Estado gerencial eficiente, al servicio de
la persona humana, que sepa gerenciar y trabaje por resultados dentro de una
economía competitiva, libre, solidaria e inclusiva.
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Como se puede observar la “gran solución” representada
por Nano Guerra en el manifiesto del emprendedor tiene muchas características y
similitudes con la propuesta de Estado del actual gobierno nacionalista a
través de la Presidencia de Consejos de Ministros. El Decreto Supremo N°
004-20013-PCM aprueba la Política Nacional de Modernización de la Gestión
Pública que establecerá ña visión, principios y lineamientos para una actuación
coherente y eficaz del sector público, al servicio de los ciudadanos. Un Estado
gerencial que se organiza por procesos y trabaja por resultados. Pero resulta
contradictorio que sea un Estado antiemprededor porque se conduce en piloto
automático en materia económica.
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Entonces el discurso emprendedor tiene una contradicción
porque es emprendedor con las pequeñas soluciones, pero conservador con las
macro soluciones. El Estado emprendedor propuesto por Nano Guerra solo tiene un
rol de facilitación para fomentar y promover el espíritu emprendedor generando
riqueza. Nunca se habla sobre un Estado emprendedor que genere trabajo decente,
que haga empresa pública e industrialice al país. Un Estado que se arriesgue y
haga política como el arte de lo imposible. Algo que fue notorio cuando el
gobierno arrugó al decidir no comprar la empresa Repsol.
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Irónicamente en el Perú somos testigos de un Estado que
va sumergiéndose en el discurso emprendedor, pero que en la práctica es
radicalmente conservador. Un antiemprendedurismo que cuestiona las premisas que
señala que el emprendedor nace. Desde mi posición deconstructora, el
emprendedor no nace, sino que se hace, se construye discursivamente y en la
práctica social a través de microcrédictos y microfranquicias. La República de
Ciudadanos/as tiene ese gran desafío de construcción de ciudadanía y generación
de riqueza luchando contra todo tipo de discriminación.