Por Raúl Rosales:
No es un secreto que Ben Stiller brinde humor cotidiano en el séptimo arte. Pero el secreto consiste que él fue director de la
película titulada La Secreta Vida de Walter Vity. Una adaptación del film de Norman Z. McLeod
de 1947. Con la ayuda de la tecnología se ofrece un valor agregado a ésta nueva
versión que ayuda a volver a creer en los sueños. Sobre todo cuando los tiempos son duros en
materia laboral.
La famosa Revista Life
es vendida. Los nuevos dueños de la
revista hacen cambios drásticos. Para
ello tienen a su operador que tiene como objetivo hacer eficaz la
transición. Siendo su principal acción
el despido colectivo de los/as trabajadores/as de dicha revista. Irónicamente Life estaba muriendo.
En ese contexto,
aparece Walter Vity (Ben Stiller) que representa al trabajador promedio con una
aburrida vida. Algo que no siempre fue así porque él cuando era niño le
gustaba manejar skateboard, algo que siempre le gustaba reconocer a su papá.
Pero a la muerte del padre, Walter Vity dejó los peligros de la vida para
asumir responsabilidades laborales. De vendedor de pizzas en el paternal
trabajo denominado Papa Johns hasta la Revista Life.
La vida conservadora de
Walter Vity es compensada por sus sueños. Pero no sueña cuando duerme, sino
cuando está despierto. En varias escenas
de la película él se desconecta con la realidad para entrar a un mundo
alternativo. Un mundo con aventuras, pasiones y logros. Siendo el centro de las argumentaciones fantasiosas
una colega de la Revista Life, la guapa Cheryl (Kristen
Wiig) quien es divorciada y madre de un joven que tiene
como principal pasatiempo el skateboard. Una coincidencia feliz para Vity quien busca
tener una relación amorosa con Cheryl.
En el proceso de
transición de la Revista Life a Online Life, es necesario hacer la última edición.
Para ello el aventurero y héroe de Vity, el fotógrafo Sean
O'conell (Sean Penn) envío la foto 25 en donde existe la quinta esencia de la
Revista Life. El problema surge cuando dicha foto no existe. Como Walter Vity es el responsable del departamento de negativos fotográficos de Life,
él tiene que encontrar la foto. Es ahí
cuando en una de sus fantasías, hace visualizar la fotografía de Sean O´conell
colgada en la oficina quien hace un gesto con la mano invitándolo a buscarlo por tierras extrañas y
peligrosas. Fue la última fantasía
porque a partir de ese momento sus aventuras fueron reales. Pero
antes de ir de viaje, Vity logró tener un lazo de complicidad con su musa
Cheryl. Ella en su calidad de contadora podía rastrear los cheques enviados al
famoso fotógrafo quien no tiene celular ni correo electrónico. Este lazo fue
factible porque en una reunión der trabajo con los nuevos dueños, Vity llegó
tarde interrumpiendo el discurso de uno de los ejecutivos. Fue ahí cuando Vity
se dejó ver por Cheryl sin querer queriendo. A partir de ese momento se inicia
esta complicidad.
Groelandia, Islandia, Afganistán
fueron los países que Vity visitó en busca de Sean
O´conell. Viajó en un helicóptero
manejado por un ebrio piloto en Groelandia, saltó al gélido mar, fue atacado
por un tiburón, rescatado por un barco que se dirigió a Islandia. Luego hizo un espectacular viaje bicicleta y
skateboard para llegar a un volcán en erupción. En Afganistán visito a los
guerreros de la zona cercana a los Himalayas en donde fue acompañado por dos
viajeros. En lo más recóndito de los
Himalayas, Vity logró encontrar a Sean
O´conell. Ambos luego de 16 años de trabajo lograron conocerse.
Luego de conocer el acertijo
de la foto 25, Walter Vity retorna a su centro laboral en su condición de
despedido, al igual que su amada Cheryl. Ambos desempleados en los tiempos
duros en los Estados Unidos. Pero antes
que Vity abandone Life, se enfrentó al Yupi operador de los nuevos dueños de Life. La venganza fue dulce para Vity quien le dio una
clase al pretencioso Yupi sobre decencia y compromiso con los miles de
trabajadores que aportaron para dar fama a Life.
Vity y Cheryl se encuentran de
casualidad cerca de Life, en donde él narra sus aventuras a Cheryl. En el diálogo él señalo como gracias a ella se
había logrado encontrar al inubicable Sean O´conell en el lugar más recóndito de
los Himalayas. Ahora Walter Vity había
dejado de soñar porque sus sueños se habían hecho realidad. Se atrevió a romper la vida cotidiana, asumió
retos, experimentó aventuras, conoció nuevos lugares. Y sobre todo, dejo de ser
un pobre desconocido para ser la quinta esencia de una Revista que le enseño a conocer
el mundo. La imagen final de la película fue el cruce perfecto entre el sueño y
la realidad. Una felicidad al paso.