Por: Raúl Rosales León
“La gente es buena” fue la impresión de la hija de la periodista Rosa María Palacios sobre la experiencia de ser miembro de mesa en la jornada electoral del día 05 de Octubre, algo que muestra la diversidad cultural e institucional en el Perú. En mi calidad de coordinador de personeros/as en un local de votación en Miraflores fue toda una experiencia de aprendizaje, por no decir que fue todo lo contrario, a veces la gente no es tan buena.
.
La mañana empiezó con la llegada de los miembros de mesa quienes estaban con cara de pocos amigos, algunos titulares y otros suplentes. Los miembros de mesa ausentes fueron los que más se hicieron sentir porque tuvo como consecuencia un lento proceso de instalación de las mesas, esto se reflejó en largas colas con personas cansadas de ser obligadas a votar. Los rostros de los/as ciudadanos/as haciendo cola hacían presagiar que no se trataba de una fiesta democrática.
.
El segundo obstáculo fue el personal de la ONPE que no estaba preparada para el trabajo que tenían que realizar. Perdían la paciencia con la ciudadanía, se ofuscaban y perdían el control de la situación. Asumían las funciones de los miembros de mesa quienes no sabían lo que tenían que hacer; varios fueron obligados voluntariamente a formar parte del ejército improvisado de miembros de mesa.
.
.
Personeros/as habían de todo tipo: estaban los ciudadanos/as que entusiastamente participan y apoyaron en varias ocasiones a los miembros de mesa; también estaban los/as rentados/as, es decir, quienes tenían que tener el Acta si o si para comprobar que estuvieron en el proceso y, de esta manera, recibir una remuneración. Un personero tuvo la idea de robarse los resultados finales que se cuelgan en la puerta luego del proceso de escrutinio, pero menos mal que devolvió lo robado luego de ser denunciado ante el representante del Jurado Nacional de Elecciones.
.
La imagen del/a personero/a es negativa para la mayoría de miembros de mesa, personal de la ONPE e irónicamente para los/as mismos/as personeros/as. Será por ese motivo, que en una convocatoria que socialicé por redes sociales con el título “Personeros/as del mundo uníos” muchos de los cibernautas hacían like, pero nadie se animó a participar en la vida real.
.
Frente a este panorama, los mitos movilizadores son justos y necesarios. La ciudadanía y el fortalecimiento de las instituciones deben mover a la gente a la construcción de una República de Ciudadanos/as; finalmente, ser personero/a hace que en la acción se ancle el mito con la realidad