martes, 23 de diciembre de 2014

El fin del mito emprendedor


 
 
 


Por: Raúl Rosales León
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“Perú país de emprendedores” fue el mito moderno en los tiempos del auge neoliberal que hizo invisible el tema del problema del desempleo en el Perú.  La ética del yo emprendedor promocionada por Nano Guerra García flexibilizaba el lazo social para fortalecer un duro individualismo.   Pero las protestas y movilizaciones de la ciudadanía para derogar la Ley que Promueve El Acceso de Jóvenes al Mercado Laboral y a La Protección Social, más conocida como la Ley Pulpin construye la ruta para el fin de mito emprendedor.
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Si el Perú es por naturaleza un país emprendedor, nadie se preocuparía por el Otro (juvenil) que necesita trabajo y, sobre todo, con trabajo decente. El discurso emprendedor logró ocultar el problema de las brechas laborales entre trabajadores formales e informales (alrededor del 70% se encuentran dentro de la informalidad laboral);  Irónicamente el Gobierno incentivó la reactivación política de la oposición ciudadana frente al cinismo ideológico al plantear la formalización laboral por medio de la informalización de derechos.  
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Últimamente el discurso emprendedor tuvo como público objetivo a la juventud, por ese motivo, era común las ferias emprendedoras, talleres de emprendedurismo juvenil, Coaching para Emprendedores, entre otras iniciativas emprendedoras.  Pero los jóvenes que se han pronunciado han sido la nueva ciudadanía que reflexiona sobre ellos, sobre el otro (juvenil) y el Perú.  Ellos a través de redes sociales y la manifestación en las calles fortalecen el lazo social cuestionando la ética del yo emprendedor, que según Nano Guerra García: la verdadera lealtad es contigo mismo.
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Coincido con la reflexión de Quique Gómez cuando en su artículo titulado Protestas Juveniles, manifiesta: “Falta ver si logran integrar su protesta enfocada en la derogatoria de la Ley juvenil a una plataforma programática más amplia, reivindicativa y propositiva, que les permita conseguir nuevos apoyos y articularse con otros procesos similares”.  Esta sería la forma de cuestionar programáticamente e ideológicamente el mito emprendedor y, a la vez, la construcción política de una República de Ciudadanos/as en donde los derechos laborales no sean informalizados.  

lunes, 15 de diciembre de 2014

La respuesta post-real Quiniana

 
 
Por: Raúl Rosales León
 
La semana pasada estuve en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires para ser testigo de la ponencia de mi pareja Bettina en la II Congreso de Estudios Poscoloniales y  III Jornada de feminismo Poscolonial organizado por CLACSO.   Me llamó la atención la estructura arquitectónica del museo, la europeizada ciudad que la rodeaba y la oferta cultural para la ciudadanía gaucha y latinoamericana. 
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La Biblioteca Nacional a parte de administrar y gestionar libros, también se exhibieron  un conjunto de muestras, destacando el homenaje a Quino, el creador de la caricatura Mafalda, en donde se pudo observar un conjunto de imágenes, testimonios y cartas; las cartas fueron escritas por fans argentinos y argentinas quienes escribieron a Quino y, en algunas oportunidades, a Mafalda sobre sus sensaciones e impresiones causados por la lectura de las humorísticas caricaturas. Lo curioso del asunto es que cada carta tenía una respuesta post-real Quiniana.
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La respuesta post-real Quiniana se basa en la elaboración de cartas escritas por Quino pero firmadas por Mafalda.  Una arte de Quino que complementa sus caricaturas.    
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Un ejemplo fue la carta escrita por Eva Loreno Pierro el 26 de Julio de 1984 desde Mendoza; ella es conocida como Lole y expresa sus sentimientos más profundos a Mafalda, manifestándole que le gustaría conocerla. Lole vive en una casa nueva hace dos años, cerca de su hogar existen muchas casas en construcción y, por ende, tiene pocos amigos.  La niña Lole dice que tiene envidia a Mafalda porque la hija de Quino tiene muchos amiguitos, en consecuencia el sueño de Lole es tener tantos amigos como la hija de Quino.  En la parte final de la Carta, Lole pega su foto para que Mafalda se acuerde siempre de ella, sin antes advertir: “esta es mi foto (salí mal)”.
 


La respuesta fue escrita el 12 de Agosto de 1984 desde Buenos Aires; empieza con la siguiente redacción: “mi papi (Quino) me dio tu hermosa Carta. Me alegra tener amigas como vos, pero me entristece que no tengas amigos/as en tu barrio”.  De esta forma la respuesta post-real Quiniana hace empatía con los sentimientos de Lole. Mafalda recomienda que hacer amigos no es fácil pero si hermoso, adicionalmente le dice: “sólo en nuestro país hay solo 300 millones de personas, ¿te parece difícil encontrar 3 o 4 amigos de 300 millones? Pensalo”. En la parte final de la carta, Mafalda dibuja coloca su imagen, sin antes advertir: “yo tampoco salí bien en la foto”.
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Debajo de ambas cartas se encuentra el testimonio de Lole quien actualmente tiene 40 años, es periodista y vive en Mendoza; ella señala que Mafalda la ayudó a sentirse acompañada frente a las sucesivas mudanzas, enseñándole a construir una forma de pensar el mundo. Algo que le sirvió en su vida profesional y personal. Luego de 20 años del intercambio de estas cartas, a finales del 2014 en pleno verano porteño se mantiene la fuerza motivadora de la respuesta post-real Quiniana que es justa y necesaria en la vida cotidiana de los soñadores y soñadoras del mundo.
 
 
                (Bettina Valdez en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires)




 

viernes, 12 de diciembre de 2014

Antropologia Urbania: Universidad Nacional Mayior de San Marcos

 
 
                    
                              



      





                 Francisco León, Sylvia Falcón, Raúl Rosales (autor) y Wilfredo Ardito