jueves, 23 de octubre de 2014

Personeros/as en Lima Metropolitana



Por: Raúl Rosales León

“La gente es buena” fue la impresión de la hija de la periodista Rosa María Palacios sobre la experiencia de ser miembro de mesa en la jornada electoral del día 05 de Octubre, algo que muestra la diversidad cultural e institucional en el Perú. En mi calidad de coordinador de personeros/as en un local de votación en Miraflores fue toda una experiencia de aprendizaje, por no decir que fue todo lo contrario, a veces la gente no es tan buena.
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La mañana empiezó con la llegada de los miembros de mesa quienes estaban con cara de pocos amigos, algunos titulares y otros suplentes. Los miembros de mesa ausentes fueron los que más se hicieron sentir porque tuvo como consecuencia un lento proceso de instalación de las mesas, esto se reflejó en largas colas con personas cansadas de ser obligadas a votar. Los rostros de los/as ciudadanos/as haciendo cola hacían presagiar que no se trataba de una fiesta democrática.
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El segundo obstáculo fue el personal de la ONPE que no estaba preparada para el trabajo que tenían que realizar. Perdían la paciencia con la ciudadanía, se ofuscaban y perdían el control de la situación. Asumían las funciones de los miembros de mesa quienes no sabían lo que tenían que hacer; varios fueron obligados voluntariamente a formar parte del ejército improvisado de miembros de mesa.
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Personeros/as habían de todo tipo: estaban los ciudadanos/as que entusiastamente participan y apoyaron en varias ocasiones a los miembros de mesa; también estaban los/as rentados/as, es decir, quienes tenían que tener el Acta si o si para comprobar que estuvieron en el proceso y, de esta manera, recibir una remuneración. Un personero tuvo la idea de robarse los resultados finales que se cuelgan en la puerta luego del proceso de escrutinio, pero menos mal que devolvió lo robado luego de ser denunciado ante el representante del Jurado Nacional de Elecciones.
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La imagen del/a personero/a es negativa para la mayoría de miembros de mesa, personal de la ONPE e irónicamente para los/as mismos/as personeros/as. Será por ese motivo, que en una convocatoria que socialicé por redes sociales con el título “Personeros/as del mundo uníos” muchos de los cibernautas hacían like, pero nadie se animó a participar en la vida real.
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Frente a este panorama, los mitos movilizadores son justos y necesarios. La ciudadanía y el fortalecimiento de las instituciones deben mover a la gente a la construcción de una República de Ciudadanos/as;  finalmente, ser personero/a hace que en la acción se ancle el mito con la realidad

jueves, 2 de octubre de 2014

De emprendores a quejosos





Por: Raúl Rosales León. PROSIE

El día 25 de Septiembre fui testigo del evento titulado Diálogo con Candidatos a la Alcaldía de Lima: Empleo Informal en la Ciudad: Políticas Municipales 2015 – 2019 con la participación de líderes políticos, técnicos, trabajadores y trabajadoras del autoempleo en el marco de las elecciones municipales de Lima Metropolitano. Al concluir las cuatro rondas de preguntas y propuestas de planes de gobierno (Diálogo Vecinal, Perú Patria Segura, Solidaridad Nacional y Apra) se pudo comprobar la radical hegemonía del discurso emprendedor; esto resulta irónico porque gane quien gane el 05 de Octubre las condiciones de subalternidad de los/as autoempleados/as están garantizadas para la reproducción de las relaciones de poder y agudización de brechas en la sociedad peruana.
 
El sentido común ha hecho creer que los peruanos tenemos un espíritu emprendedor que tiene su génesis desde el fenómeno migratorio del campo a la ciudad a mediados del siglo XX. Metáforas como el Desborde Popular (Matos Mar) y el Otro Sendero (Hernando de Soto) son las bases para la construcción del discurso emprendedor que el día de ayer sonó como la solución a todos los problemas del autoempleo. Propuestas como menos Estado asumiendo un rol facilitador para que los emprendedores logren su desarrollo por medio del programa capitalizando muestran que las ideologías no estaban muertas.
 
Las evidencias empíricas son justas y necesarias para cuestionar los sentidos comunes; si los peruanos somos emprendedores, creativos e innovadores para superar los obstáculos que evitan su desarrollo, entonces por qué tanto se quejan por la Línea Azul de la Reforma del Transporte. Los medios de comunicación por un lado legitiman el discurso emprendedor, pero por otra parte lo cuestionan a la hora de entrevistar a las personas que hacen largas colas en donde solo saben quejarse.
 
La gran transformación de la sociedad se basó en la ecuación: de emprendedores a quejosos; si bien todos se quejan por el problema del transporte, nadie se queja sobre las condiciones laborales que son objeto de vulneración de derechos. El discurso emprendedor también es útil para invisibilizar los problemas públicos como el empleo en condiciones de precariedad; en la ciudad de Lima los trabajadores y trabajadoras en empleo informal son alrededor de tres millones de personas cuyos derechos laborales se encuentran en el marco de la epistemología de lo invisible (Boaventura de Sousa Santos).
 
Por ese motivo, luego de las elecciones municipales, los trabajadores y trabajadoras autoempleados deben seguir articulando y acumulando las lecciones aprendidas (positivas y negativas) en el proceso de participación ciudadana y política. La Plataforma de Propuestas a Gobiernos Municipales período 2015 – 2019 presentado el día de ayer resulta significativo políticamente porque sale de los márgenes del emprendedurismo y de la queja cotidiana.

(Los organizadores son la Fundación Friedrich Ebert en el Perú y WIEGO. El Programa Sindical de la Economía Informal (PROSIE) y el Programa Laboral de Desarrollo (PLADES) nos apoyan en todas estas actividades)