Raúl Rosales León (Waro)
Ahora
resulta que el campo del séptimo arte puede seguir brindando algunas coordenadas
para analizar la crisis institucional del Frente Amplio (FA) como un frente
político. Una crisis que es transversal en la bancada congresal, las
dirigencias y las bases en donde existen coincidencias programáticas y, a la
vez, hondos desencuentros que tuvieron como proyecto sin resultado la ruptura
del frente político FA. Surgió una rivalidad interna sin reglas claras de juego
entre el Frente Amplio Partido (ex Tierra y Libertad) liderado por Marco Arana
y el Movimiento Nuevo Perú liderado por Verónica Mendoza en el marco del Frente
Amplio como frente político que intentó o sigue intentando ser una alternativa
de poder. En ese sentido, la película seleccionada para analizar esta situación
de fragmentación interna del FA es El
Club de la Pelea porque representa la historia de un conflicto de dos
actores antagónicos que en el fondo fueron lo mismo.
El Club de la Pelea fue estrenado en el
año 1999 bajo la dirección de David Fincher (film basado
en la novela escrita por Chuck Palahniuk) y
protagonizado por Edward Norton y Brad Pitt. En
la película ambos actores se conocen en un viaje en avión, luego se construye
una relación amical para formar un club de la pelea de manera informal practicando
un boxeo sin guantes en las calles y los sótanos de los bares. Poco a poco el club comienza a atraer a varios
socios quienes esperan la madrugada para pelear. Surge una relación tensa y
conflictiva entre el personaje trabajado por Edward Norton (que en el film no
tiene un nombre) que rompe con su vida rutinaria de oficinista y Tyler Durden
personificado por Brad Pitt que tiene clara la filosofía de liberación
antisistema. El proyecto común de ambos personajes fue la destrucción de la cultura
consumista del sistema capitalista a través de la conformación de una
organización integrada por los socios del club de la pelea a nivel nacional. A
lo largo de la película los dos personajes dialogan, discuten, pelean y tienen
relaciones sexuales con la misma mujer: la enigmática y oscura Marla Singer
personificada por Helena Bonham Carter.
El punto central del Club de la Pelea fue descubrir que los dos
protagonistas eran la misma persona. En palabras de Slavoj Zizek: “Hacia el final de la película
aprendemos que el narrador desconoce que ha estado llevando una doble vida
hasta que la evidencia se hace tan aplastante que ya no puede negar el hecho:
Tyler no tiene existencia fuera de su mente. Cuando
otros personajes interactúan con él, lo están haciendo en realidad con el
narrador, que ha incorporado a la persona de Tyler”. La película representó el
síntoma de la doble personalidad en los tiempos del capitalismo cultural.
Este caso de personalidad múltiple se reproduce en el Frente
Amplio a partir de su Segundo Congreso Nacional en el año 2016 cuando se aprobó
el promover la institucionalización integral del Frente Amplio para que todos
los miembros tengan los mismos derechos. Luego del congreso se consolidó un
hondo desencuentro entre el FA Partido (TyL) y una nueva organización política
denominada Movimiento Nuevo Perú (MNP) conformado por ex militantes del Frente
Amplio Partido (TyL) y organizaciones políticas del Frente Amplio (frente
político). Lo común de las dos organizaciones políticas en conflicto fue que
comparten la misma plataforma programática del FA frente. Ambos visualizan
constituir una fuerza y alternativa política de izquierdas de gobierno y poder
popular contribuyendo al quiebre el régimen político, el modelo económico y el
consenso neoliberal convirtiéndonos en factor de transformación y refundación
del país. Las dos organizaciones políticas apuestan por la democracia radical.
Pero el performance realizado por los protagonistas de la
crisis del Frente Amplio se asemeja al lado oscuro del Club de la Pelea cuando Edward
Norton empieza a luchar contra sí mismo en presencia de su jefe: una escena de
autodestrucción. Luego de las últimas elecciones el Frente Amplio llegó a ser
la segunda fuerza política del Congreso a la República con 20 congresistas
liderando cuatro comisiones, pero luego de la lucha contra sí mismo se produjo
una ruptura y ahora tienen 10 congresistas por grupo político y menos peso
político porque solo pueden liderar dos comisiones. En términos futbolísticos
se podría decir que el Frente Amplio se hizo un autogol de media cancha,
incluyendo las agresiones mutuas dentro de la bancada. Según Rocío Silva Santisteban “ambos grupos han construido a los otros como sus referencias especulares
para desautorizarlos: unos por endogámicos, otros por querer ser demasiado
exogámicos; unos por infraternos (léase traidores), otros por caudillistas;
unos por verolovers, otros por aranistas”. El Club de la Pelea del Frente Amplio
fue una lucha contra sí mismo.
El
Club de la Pelea del Frente Amplio debilitó políticamente a las fuerzas de
izquierda que apostaron por ser alternativa de gobierno a través de la
estrategia del frente político. Esto se cotejó el pasado 17 de julio cuando la
empresa IPSOS mostró los resultados de una encuesta con la siguiente pregunta:
¿Quién cree que es el responsable de la ruptura?. Los resultados fueron los
siguientes: 26% identifica al sector liderado por Marco Arana, luego con 23%
continúa el sector liderado por Verónica Mendoza y finalmente el 45% identificó
a ambos sectores como los responsables y, además,que la izquierda siempre se
divide. Esta representación del mito de la eterna división de la izquierda será
utilizada por los opositores políticos de derecha en las siguientes elecciones
a nivel nacional, regional y local.
Frente
a los sentidos comunes que visualiza una izquierda que siempre se divide, es necesario
el ejercicio de la unidad en la diversidad porque es fundamental cambiar las prácticas
para legitimar una propuesta política de izquierda en el marco de la democracia
radical. Pero sin reglas claras de juego y una débil radicalización de la institucionalidad
seremos testigos de otra ruptura. Una nueva Otredad de izquierda que entra al
Club de la Pelea.